Cuenca, una ciudad que respira tradiciones y cultura

 

El orgullo llenó las almas de cuencanos y ecuatorianos en general cuando el 1 de diciembre de 1999 la ciudad de Cuenca fue declarada por la UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Pero este mismo orgullo se rebozó y se derramó en desmedida cuando dos años después, el 25 de diciembre de 2001, la ciudad fuera proclamada, desde Barcelona, España, como Capital Cultural de las Américas 2002. Los cuencanos, en una verdadera explosión de júbilo, literalmente salieron a las calles a festejarlo.

Con tales designaciones, Cuenca es oficialmente reconocida por la riqueza cultural que ostenta y que emana de su combinación única de modernidad y encanto colonial; una mezcla que le imprime una huella distintiva a una ciudad cuyo desarrollo, desde tiempos precolombinos hasta el día de hoy, ha sido conducido mediante un plan preconcebido para resaltar lo mejor del arte y la arquitectura como testimonio de la eminencia cultural que es posible encontrar en las Américas. Para comprobar lo antes dicho, basta con realizar una caminata por sus estrechas calles empedradas o por la radiante campiña que la rodea.

Desde sus prácticas agrícolas tradicionales, heredadas de sus ancestros precolombinos cañaris, pasando por el esplendor y el misterio que emanan sus preservadas ruinas incas, hasta la grandeza de sus catedrales construidas por los conquistadores españoles, Cuenca constituye un verdadero y tangible tributo a la prominencia cultural de aquellos que durante siglos la han habitado.

 

Salta a la vista el por qué Cuenca es merecedora de sus títulos

Pero no sólo se puede admirar lo cultural de Cuenca en sus calles, plazas y campos, también es posible hacerlo al interior de los muchos museos que pululan por toda la ciudad y que salvaguardan del paso del tiempo innumerables reliquias históricas, artísticas y culturales. Tal es la gloria cultural de Cuenca, que para cualquiera que conozca bien la ciudad, las nominaciones mencionadas no constituyen sorpresa alguna, sino una confirmación de algo que tenía en algún momento que llegar.

No todos los tesoros culturales cuencanos están al aire libre, también sus museos guardan gran parte del patrimonio cultural de esta ciudad

Más allá del orgullo que estas designaciones despiertan en sus ciudadanos y en los ecuatorianos en general, está el aspecto práctico, pues la investidura otorgada por la UNESCO se traduce en una ayuda concreta para que la ciudad pueda preservar aun más su patrimonio cultural. Desde 1999, la ciudad ha podido llevar a vías de hecho proyectos de preservación y planes de desarrollo estratégico que le están permitiendo crecer sin necesidad de sacrificar sus cualidades estéticas y culturales que constituyen su mayor atractivo. Por tanto, este reconocimiento es un logro que garantizará que los tesoros de los cuencanos puedan ser admirados, no sólo por nosotros sino también por quienes nos sucederán en futuras generaciones. Nos unimos a la consigna publicada con orgullo en la web Cuencanos.com, la más conocida en la ciudad, el día que el comité hiciera público el anuncio desde España: «¡QUE VIVA CUENCA HOY Y SIEMPRE!…»